lunes, 26 de noviembre de 2012

¡…Y QUE CUMPLA MUUUUCHOS MAAAAS!


Titulo así esta entrada en lugar de “feliz, feliz en tu día” porque esto último suena especialmente amargo en los días que corren, desde que se nos ha marchado Miliki.

No sé a qué se deberá pero lo cierto es que el final de año está plagado de celebraciones de cumpleaños entre mis amistades y conocidos. No para uno de felicitar, de brindar y de presenciar soplados de velitas, cada vez más numerosas sobre la reglamentaria tarta del Mercadona.

Pues bien, resulta que una criaturita a la que le tengo bastante aprecio también ha cumplido su primer añito de vida: “El blog del rodador” ya ha apagado su primera vela.


Hace ya un año que decidí abrir este chiringuito, como un medio para mantener bien ordenadas las pamplinas que se me fuesen ocurriendo y algunas otras que tenía por ahí desperdigadas. En este tiempo han sido veintiséis las entradas que he publicado, además de algún escrito antiguo rescatado del baúl de los recuerdos. La mayor parte de los textos tienen que ver, en mayor o menor medida, con historias de pedales, ruedas, cadenas, etc. pero he tratado de no renunciar a escribir sobre otros asuntos.

A mí me ha resultado divertido. Es entretenido eso de barajar palabras para tratar de transmitir tus puntos de vista sobre asuntos diversos. Lo malo viene cuando no surge ese asunto, cuando no se te ocurre nada sobre lo que escribir o cuando lo que se te ocurre empieza a sonar repetido, recurrente, manido. Si a uno mismo le da la impresión de que lo que cuenta puede empezar a aburrir, lo más probable es que, realmente, sea una auténtica castaña para el lector.

Por eso, en esta entrada voy a hacer lo que los grupos de música cuando se les agotan las ideas: ¡UNA RECOPILACIÓN!

Algunos de los discos que con más devoción guardo de entre mis vinilos son recopilaciones: “Just one night”, del maestro Clapton, “Alchemy”, de Dire Straits, el inigualable “Made in Japan” de los Deep Purple, el “Anthology” de Janis Joplin…




Lo mío no pretende, evidentemente, llegar a tanto, pero os pongo a continuación una pequeña selección de entradas realizada con un criterio totalmente subjetivo. Eso sí, no me ha dado el presupuesto para hacer los temas en directo ni he “remasterizado” nada de nada. Copiar, pegar y punto pelota.


Empiezo con el más antiguo de los textos que hay por aquí. Aunque se publicó en el blog en diciembre de 2.011 está escrito en 2.008.


Como, presuntamente, por aquí se habla de deportes, incluyo la crónica de una carrera.


Aquí me puse serio, tirando a amargado. Y es que hay cosas que claman al cielo.


Contando batallitas.


Una reflexión. Por cierto, al final el contrato no se cambió ¿Será que las palabras no tienen tanto poder, después de todo?


Dedicado a un lugar por el que, de vez en cuando, me dejo caer.


Seguimos de bares.


La última entrada de este primer año. Contento.


El “top” de ventas, según las estadísticas del “blog”.


Bueno, a modo de “bonus track” contaré tres cositas del maratón de Cala, que no está bonito despedirse del provincial “a la francesa”.

Maratón de los de verdad, duro y bonito. Bien organizado, con la salvedad de no haber publicado nada relativo al trazado que se recorría. Fuimos totalmente a ciegas, sin saber distancia total, subidas ni ubicación de avituallamientos. Punto a corregir pero, por lo demás, felicidades a la organización.

En cuanto a "lo mío" pues una carrera más. Afortunadamente sin problemas, sufriendo en los dos "subidones fuera de categoría" y pasando decentemente las trialeras. Gran parte del recorrido anduve con mi, últimamente inseparable, amigo Javi Baca. Al llegar las cercanías de Monesterio alcancé a mi compañero M-50 Víctor, que iba haciendo una buena carrera. Decidí quedarme con él y tratar de ofrecerle rueda por los tramos de pista que llevaban hasta meta. Eso me impidió llegar con Javi y Fabio, que se marcharon un poco y tratar de recuperar algo de tiempo, pero lo doy por bien empleado por haber acompañado al mejor de  los "franciscanos" en esta temporada (con el permiso de mi sobrina, claro...).

En fin, empieza el segundo año de este "blog", a ver qué nos depara. 



jueves, 15 de noviembre de 2012

UNA RUTA INOLVIDABLE


Esta mañana, tras haber comprobado que las previsiones meteorológicas presagiaban una jornada pasada por agua, me pertreché bien para la lluvia y me eché a la calle con la intención de disfrutar de cada metro del recorrido que tenía previsto realizar.

El piso estaba mojado pero, afortunadamente, no llovía. Eso, unido a la buena temperatura, hacía bastante agradable avanzar con las primeras luces del alba. Las pocas caras con las que me cruzaba parecían sonreírme hasta el punto de que, a pesar de mi carácter tirando a reservado, digamos que rozando lo malaje, sentía el impulso de saludar efusivamente, casi de querer abrazar.

Aunque hacía tiempo que no pasaba por allí, el trazado no me era, ni mucho menos, extraño. Sin embargo esta mañana se me mostraba diferente, todo resultaba más luminoso, más amable. A pesar de que marchaba a buen ritmo, no era plan de demorarse demasiado, iba tratando de no perderme detalle de los lugares por los que pasaba, de apreciar sus atractivos que, en otros momentos, me hubiesen pasado desapercibidos.

Comparado con las distancias que acostumbro a recorrer cotidianamente, lo de hoy ha sido como ir a comprar el pan a la tienda de abajo, se me ha pasado en un santiamén. Pero lo he aprovechado a fondo, paladeando cada metro, cada palmo, cada centímetro.

El camino de vuelta me ha resultado igualmente placentero. De nuevo amenazaba lluvia pero se ha aguantado. De nuevo caras amables, ahora en mayor número. De nuevo una sonrisa en los labios, supongo que tirando a estúpida para cualquier observador imparcial. Además el regreso ha contado con el aliciente de recoger por el camino a Pepa y realizar en su compañía el último tramo para llegar a casa.

En fin, que hoy, tras más de veintiún años currando, por primera vez en mi vida he disfrutado del placer que supone ir andando al trabajo. Y, salvo que me apañe algo para la bici, así seguirá siendo: me han trasladado a las oficinas de Huelva. Ya no tengo que ir a Sevilla todos los días como venía haciendo desde hace más de siete años.

Ah, por cierto, ahora caigo en la cuenta de que el sábado pasado fue el maratón de Cartaya y no he “cascado” nada. Pues hay poco que contar: mucha agua, mucho barro, rompí la cadena y la transmisión me dio la mañana. Resultado tirando a patético. Pero, qué queréis que os diga, eso no me va a quitar la sonrisita esa medio estúpida que llevo pintada en la cara todo el día.



P.D.: gracias a Francis y a Carlos “El Palmera” por pararse a echarme una mano con la cadena en Cartaya. Si no es por Francis, con mis manos todas llenas de dedos (Jabiker dixit), hubiese estado media mañana con los cuernos en el suelo (los de la bici, se entiende).