Esta mañana, tras haber comprobado que
las previsiones meteorológicas presagiaban una jornada pasada por agua, me
pertreché bien para la lluvia y me eché a la calle con la intención de disfrutar
de cada metro del recorrido que tenía previsto realizar.
El piso estaba mojado pero,
afortunadamente, no llovía. Eso, unido a la buena temperatura, hacía bastante
agradable avanzar con las primeras luces del alba. Las pocas caras con las que
me cruzaba parecían sonreírme hasta el punto de que, a pesar de mi carácter tirando
a reservado, digamos que rozando lo malaje, sentía el impulso de saludar
efusivamente, casi de querer abrazar.
Aunque hacía tiempo que no pasaba por allí,
el trazado no me era, ni mucho menos, extraño. Sin embargo esta mañana se me mostraba
diferente, todo resultaba más luminoso, más amable. A pesar de que marchaba a
buen ritmo, no era plan de demorarse demasiado, iba tratando de no perderme
detalle de los lugares por los que pasaba, de apreciar sus atractivos que, en
otros momentos, me hubiesen pasado desapercibidos.
Comparado con las distancias que
acostumbro a recorrer cotidianamente, lo de hoy ha sido como ir a comprar el
pan a la tienda de abajo, se me ha pasado en un santiamén. Pero lo he aprovechado
a fondo, paladeando cada metro, cada palmo, cada centímetro.
El camino de vuelta me ha resultado
igualmente placentero. De nuevo amenazaba lluvia pero se ha aguantado. De nuevo
caras amables, ahora en mayor número. De nuevo una sonrisa en los labios,
supongo que tirando a estúpida para cualquier observador imparcial. Además el
regreso ha contado con el aliciente de recoger por el camino a Pepa y realizar
en su compañía el último tramo para llegar a casa.
En fin, que hoy, tras más de veintiún
años currando, por primera vez en mi vida he disfrutado del placer que supone
ir andando al trabajo. Y, salvo que me apañe algo para la bici, así seguirá siendo: me han trasladado a las oficinas de Huelva. Ya no tengo que
ir a Sevilla todos los días como venía haciendo desde hace más de siete años.
Ah, por cierto, ahora caigo en la cuenta
de que el sábado pasado fue el maratón de Cartaya y no he “cascado” nada. Pues hay
poco que contar: mucha agua, mucho barro, rompí la cadena y la transmisión me
dio la mañana. Resultado tirando a patético. Pero, qué queréis que os diga, eso
no me va a quitar la sonrisita esa medio estúpida que llevo pintada en la cara
todo el día.
P.D.: gracias a Francis y a Carlos “El Palmera”
por pararse a echarme una mano con la cadena en Cartaya. Si no es por Francis,
con mis manos todas llenas de dedos (Jabiker dixit), hubiese estado media mañana con los cuernos en el suelo
(los de la bici, se entiende).
Felicidades por tu traslado máquina. Ahora, si que vas a tener tiempo para dar pedales! Eres un liberado de la A49
ResponderEliminar¡Enhorabuena! por ese traslado Jose Luis, tu experiencia me recuerda mi vuelta a Huelva después de un largo destierro.
ResponderEliminarPues si antes andaba, ahora no te digo nada, con el tiempo que vas a tener para entrenar. Que conste que no me he parado porque te vi con 2 profesionales.
ResponderEliminarAhora que andas por aquí y puedes coger la bici la tarde que se te apetezca voy y caigo en desgana. Bueno todo pasa (¿verdad?) ya habrá tiempo para pasear tranquilito y sin piques como solemos jejeje (¿quién se lo cree?) ENHORABUENA
ResponderEliminarEnhorabuena amigo Jota. La intención del texto, con este fiel lector, ha funcionado, durante todo el relato pensé que hablabas de Cartaya... hasta que has soltado lo del ir a currar y me he alegrado mucho por tí. Ya sólo te falta ser como los campeones... e ir sólo un par de días en semana ja ja jaaa.
ResponderEliminarPor cierto, no están estos equivoca'os ni ná con eso de "más tiempo para entrenar". Hay más tiempo sí, pero para entrenar, para dormir, para beber cerveza... no seamos agonías (por cierto, enhorabuena Claudio, por alusiones)
¡Ah! ¡se me olvidaba!... eso de hacerse el "chiquito de la calzada", junto a la bici averiada, cuando ves pasar al mecánico-amigo está muy visto... pero mientras piquen jolldemorrrrrr fistro de llave troncha-cheinsss!
ResponderEliminarSiempre voy tarde en esto de ir conociendo a la gente y de saber que hacen cosas como éstas...bueno a lo que iba...eres tan gran narrador como deportista. Y felicidades.
ResponderEliminarP.D.: eché de menos tu compañía en Cartaya, espero encontrarme muy muy muy bien para poder disfrutar de nuevo con ella.
...en Cala.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras felicitaciones y comentarios.
ResponderEliminarUna cosa veo en común en casi todas vuestras aportaciones. Coincidís en que esto debería darme más tiempo para la bici. Parece evidente. Todos lo veis claro. Es de cajón, vamos... pues mi Sra. no lo entiende así, mire usted por donde.
¡Ah, por cierto! Me uno a las felicitaciones de Hbo para Claudio.
ResponderEliminar¡Enhorabuena! Ahora podrás aprovechar el tiempo para las labores del hogar.
ResponderEliminarPor ahí van las reivindicaciones de Pepa, Jarri.
EliminarJota, pues apunta a otro con el que te has quedao, pensaba que hablabas de Cartaya, por momentos pensé que era mas importante la carrera, que el currelo, jajaja,
ResponderEliminarenga!!! que me alegro mogollón que no tengas que coger ctra. payá-pacá; y todo sea para mejor.
Un abrazo!.
Artefacto