viernes, 20 de enero de 2012

HASTA A LAS OVEJAS





Voy a utilizar este espacio como terapia. Poneos en situación: imaginadme en un círculo de sillas en una sala grande, rodeado de otras personas que comparten mi problemática y levantándome para afirmar con voz temblorosa:


   -   Hola, me llamo Jota y he de confesaros que tengo un problema: YO TAMBIÉN ENTRENO.

Supongo que a la mayoría (aunque me temo que mayoría, aplicado a este "blog", puede ser sinónimo de uno o, a lo sumo, dos lectores) esto os sonará a chino mandarín, por eso me explicaré.

Resulta que en toda mi trayectoria “glóbero-ciclista” (y van muchos años pegando patadas a los pedales) siempre he mantenido que yo no entreno, sino que salgo en bici. No significa eso que no pille la bicicleta todo lo que las circunstancias (¡hola, Pepa!) me permiten y que lo haga dejándome la piel sobre ella (sobre la bici), sino que jamás he seguido una planificación, unas pautas, unas tablas de ejercicios ni nada que se le parezca. Siempre me he sentido incapaz de hacerlo y he preferido tomarme cada salida como mero entretenimiento. A menudo he mantenido aquello de que “a capar se aprende cortando huevos”, es decir, cuanto más y más fuerte salgas habitualmente sobre la bici, mejor andarás en las competiciones y rutas serias.  

Incluso me he mofado de amiguetes que se han acercado a los planes de entrenamiento, los mesociclos, las sobrecompensaciones y todas esas ¿milongas?

Es por todo esto que para mí supone una especie de “salida de armario” el reconocer que este año me lo voy a tomar de otra manera, siendo un poco más metódico.

Supongo que esto obedece a que el año pasado estuve toda la temporada con esa sensación que técnicamente se conoce como “no andar un peo”. No tiene nada que ver con clasificaciones, tiempos ni nada por el estilo, sino que no tuve casi en ningún momento buenas sensaciones sobre la bici. También es cierto que hay explicaciones para ello: gripe A en febrero, con el consiguiente parón y el cuerpo hecho polvo, menos km que los últimos años (viajes, horarios de curro,…), kilos de más, ir para viejo… pero la cuestión es que no me encontré nada bien.

Total, que este año he decidido ser un poco más metódico y hacer caso a los gurús (¿o “gurues”? ¿o “guruses”?) de esto del entrenamiento ciclista. No es cosa de marcarme a rajatabla ningún plan concreto, pero sí, al menos, de seguir unas pautas generales que, según leo por ahí, están universalmente admitidas.

La cuestión es que, debido a esto, estoy inmerso en lo que debería llamarse algo así como mesociclo del aburrimiento. Por lo visto la vaina va de hacer muchos kilómetros, sin complicaciones en cuanto a la orografía y a bajas pulsaciones: vamos, lo que viene siendo tocarse los cojones durante horas y horas dando pedales hasta que te duela el culo, la espalda, las manos, el cuello, los pies y hasta el último rincón de tu cuerpo menos lo que debería de dolerte: las patas.

Como además ando cortito de tiempo por las tardes, elijo para entrenar (aún me cuesta trabajo hasta escribirlo) la carretera que me pilla más a mano desde casa, para aprovechar el poco tiempo de sol que me queda tras un casi inexistente almuerzo: Huelva-Mazagón-Matalascañas. Quienes la conocen saben de qué estoy hablando: “reeeecta” como la moral de Sáenz de Santamaría y “plaaaana” como el encefalograma de…………………… (que cada uno ponga aquí el nombre del político que le apetezca, la comparación quedará que ni pintada casi con seguridad).

En fin, lo que os quería transmitir: ¡qué aburrido es esto de entrenar! Espero que al menos sirva para algo.


P.D.: para colmo, estoy en plena “parada biológica” en lo que respecta a ingesta del rubio líquido, a ver si consigo quitarme unos kilos de encima ¡Lo que hay que sufrir para estar guapa!




5 comentarios:

  1. Lo bueno de que entrenes tú....es que nos arrastras a los demás :)

    ResponderEliminar
  2. Pues menos mal que ni entrenabas, ni el año pasado andabas un "peo". Como te pongas en serio, a ver quien te sigue la rueda.
    No se que plan seguiras, pero no tiene por qué ser aburrido el inicio. No te preocupes por elevar "algo" las pulsaciones, pequeños sprints, demarrajes que se pueden dar en salidas en grupo, vienen bien, el cuerpo si no se acostumbra a ir "dormido". Hay otras cosas que puedes hacer, no se si tendrás tiempo, pero el trabajo de gimnasio (no hipertrofia), fundamental para prevenir lesiones y dar "patadas" más fuerte a los pedales... y a nuestra edad, con más razón. Cada vez segregamos menos "testosterona" :)
    un saludo "Cancellara"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar, Juan. Se agradecen las sugerencias, sobre todo viniendo de alguien que sabe de qué va eso de entrenar.
      Lo del cuerpo "dormido" ya estaba empezando a notarlo, así que el sábado, en la salida larga que hicimos, lancé algún cohete para despertarlo.
      En cuanto a lo del gimnasio, como tal, me da mucha pereza, pero sí que estoy tratando de hacer algo de ejercicios en casa, con "mancuennas" (bueno, en realidad el primer día lo hice sin pesas, sólo con mi lastre y las agujetas me duraron cuatro días).
      Un saludo.

      Eliminar
  3. Me solidarizo totalmente contigo con muuuucho de lo que escribes, pero siento de corazón que entres de esta manera tan cruel, en el club del libro de la planificación de las pedaladas y sobre todo que no te dure mucho la parada vegetativa.

    Un abrazo y no cambies!!!

    Artefacto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Artefacto.

      No, no llego a tanto como para leer eso de "panificar" pedaladas. Sólo se trata de tomar alguna idea de aquí, otra de allá y no ser muy burro al principio.

      En cuanto a la parada, la verdad es que hago trampas: de viernes a domingo me la paso por el forro.

      Un saludo.

      Eliminar