jueves, 16 de agosto de 2012

FRANCISCANOS EN "LA PERICO"


Vaya, ahora que he vuelto a abrir el chiringuito este, caigo en la cuenta de que se me olvidó colgar el cartel de “CERRADO POR VACACIONES”, lo siento. Durante este periodo he estado recorriendo tierras eslovenas (prometo “post” gráfico en breve) y desintoxicándome de bicicleta. Lo malo es que ya tenía comprometida mi asistencia a la cicloturista Perico Delgado el día 12 de agosto por tierras segovianas y eso eran palabras mayores para mi estado de forma. Lo más parecido a subir un puerto que había hecho en los últimos tiempos era la cuesta de Lucena, no os digo más.



La idea surgió hace meses entre varios miembros del club. El año pasado nos metimos en la Quebrantahuesos y fue una gran experiencia. La intención era volver a pegarnos una escapada de fin de semana entre amiguetes y optamos por esta marcha, ya muy consolidada y con tirón popular, pero sin la masificación de la QH. Por el camino se cayó de la lista de convocados alguno que otro y al final partimos rumbo a la tierra del güisqui DYC Charly, Jabiker, Quique y servidor de ustedes en representación del C.C. Ciclotaller Francis. A la expedición se unió Javi Baca, un amiguete residente en Sevilla, así como Carmen (esposa de Charly), Pepa (la mía) y Maricarmen (la de Javi).

Ha sido un gran fin de semana, con ratos de cervezas, cubatas y risas alternando con otros de geles, isotónicos y “mu malita cara”. Aunque leo por ahí críticas de todo tipo, a mí la marcha me ha encantado: recorrido espectacular y duro, organización eficaz, avituallamientos correctos y mucho ambiente ciclista. La edición de este año homenajeaba al que, probablemente, haya sido mi primer ídolo ciclista: Don Ángel Arroyo.



Relataré algo de lo que recuerdo de mi experiencia en la ruta, aunque ya os adelanto que no tengo muy clara la secuencia de acontecimientos: se ve que la sangre estaba concentrada en las patas y no regaba demasiado bien la pelota, con lo que hay pasajes que tengo bastante borrosos.

Salida bastante atrás y recorrido neutralizado hasta La Granja sin apreturas, tratando de evitar cualquier peligro. En los falsos llanos previos al alto de Navacerrada voy recuperando posiciones junto a Javi Baca, hasta que empieza lo serio. A partir de ahí, a mi ritmo, que no era precisamente vertiginoso. Javi se marcha en las primeras rampas y ya no volvería a verle hasta llegar al hotel.

Gran parte de la subida rodé junto a un “nota” que se hizo la ruta ¡disfrazado de torero!, con montera y todo y “manoletinas” con calas: un crack. También había otro, con equipación del Kelme, que subía entonando canciones de iglesia (“qué alegría cuando me dijeron…”, “no podemos caminar, con hambre bajo el sol…”). No sé, algún porrazo mal dado en la cabeza, exceso de ingesta de geles o algún golpe de calor, cualquiera sabe.




A media ascensión me adelanta Quique, que iba subiendo como un avión. Ni me planteo tratar de seguir su ritmo, yo a lo mío: pedaleo cansino tratando de no asfixiarme mucho. Tras coronar Nevacerrada, en el falso llano hasta Cotos impongo un ritmito alegre para tratar de recuperar posiciones. Esa sería la tónica de la jornada: recuperar en terrenos rodadores lo mucho que perdía subiendo. El descenso de Cotos lo hago bastante bien, sin asumir riesgos pero a buen ritmo. Lo cierto es que disfruté bastante en todos los descensos, sin sensación de peligro y recuperando posiciones.

De la subida a la Morcuera me vais a perdonar que no cuente nada: sencillamente, no la recuerdo. Sólo sé que arriba había una manta lectora de chips que pitaba como sus muertos y un montón de gente parada en el avituallamiento. Yo iba bien de provisiones, así que no paré.

Afortunadamente iba bien documentado y a la salida de Miraflores me dio tiempo a quitar desarrollo en el rampón inicial del alto de Canencia. Alguno a mi lado tuvo que poner pie a tierra e incluso uno se cayó de lado al quedarse clavado. Por allí veo a pocos metros el culo de Quique, pero se volvería a marchar hacia adelante (me tuvo todo el día persiguiendo fantasmas, el “joío”). Sin pena ni gloria corono el puerto y paro para reponer líquidos.

Tras descender Canencia había buen terreno para rodar antes de afrontar Navafría. Aunque con algo de miedo a quemar demasiado combustible antes del último puerto, me puede la sangre y voy tirando fuerte. Por allí no encuentro ninguna colaboración en los diferentes grupos que voy pillando. Tan sólo había uno que entraba de vez en cuando, pero en la modalidad de “palo que te crió en el repecho p’arriba”, con lo que no me servía de nada su rueda.

Temiendo haber gastado demasiado en el tramo anterior, afronto la última dificultad montañosa del día, el puerto de Navafría. Sorprendentemente me encuentro bien, con un pedaleo ágil, buen ritmo y muy buenas sensaciones. Por primera vez en todo el día iba sobrepasando a un montón de ciclistas en ascenso, con aparente facilidad. Este subidón me duró unos 4 km, hasta que un par de repechos duros me pusieron en mi sitio: se acabó la agilidad, se acabó la soltura, se acabaron las buenas sensaciones y no se acabó el Jota por poquito. Tocó arrastrar la bici como buenamente se pudo hasta la cima, siendo adelantado por muchos de los que, momentos antes, habían sido víctimas de mis minutos de gloria. En fin, les devolví a cada uno sus pegatinas y a penar hasta arriba con la mayor dignidad posible.

Al coronar, Quique, que estaba parado repostando, me saluda. Se ve que su objetivo era ganarme el maillot de la montaña y bien que lo logró. Yo iba bien de reservas, por lo que decidí no parar. En el descenso trato de estirar un poco las patas, comer y beber para afrontar lo mejor posible los últimos “cuarentaitantos” km relativamente llanos y con algo de viento de cara.

Ese era mi terreno y tocaba darlo todo. Aunque tenía mis dudas, quedaba algo en las piernas y eso me permitió ir pillando grupos desde atrás, pasar a cabeza, volver a tirar y alcanzar otro grupo. Así hasta meterme en uno que iba a buen ritmo. Tras respirar un poco, paso a trabajar en cabeza junto con un burgalés que arreaba tela. Al llegar al avituallamiento de Collado Hermoso le pregunté si iba a parar (no quería perder su compañía) y me contestó que sí. Decido entonces parar yo también a reponer líquidos, que iba justito. Sin embargo el burgalés decidió en el último momento no parar y seguir con el grupo y me quedé allí, solo y desamparado.

Tras arrancar, me alcanza otro grupo que rodaba fuerte, encabezado por varios de un club de Castro Urdiales. Paso a colaborar y vamos haciendo camino a buena velocidad, recogiendo cadáveres constantemente. No miré mucho para atrás, pero el grupo era bastante numeroso. Al principio entrábamos seis o siete a relevos, después tres o cuatro hasta que, en los últimos 15 km (o así) nos quedamos solos un barcelonés y yo. Nos metimos un buen tute para mantener ritmo hasta meta.

He de decir que, contra lo que suele suceder en estas ocasiones, el comportamiento del grupo que arrastrábamos fue ejemplar. Al encarar la recta final decidieron dejarnos entrar por delante a los dos que tirábamos y el único que pegó un palo para marcharse recibió tal abucheo que, avergonzado, volvió inmediatamente al redil. Tras pasar la línea de meta y saludar al barcelonés, recibí agradecimientos y felicitaciones de muchos de los integrantes del grupo ¡Coño, que me emocioné y todo!

Al final, 6 horas y 3 minutos y diploma de plata. Lo normal para lo mal que iba de forma. Estratosférico mi amigo Javi Baca, con 5:36 y muy bien Quique 6:12. También cumplieron con nota Jabiker y Charly. Después hicimos una muy adecuada rehidratación por diferentes garitos de la bellísima Segovia, por donde nos encontramos a un par de onubenses que también habían hecho la ruta: Salva (salvifr, creo que era su alias) y Rosa (de Bicis Monje). Lo del cochinillo, no pudo ser.

En fin, una experiencia muy positiva que habrá que repetir el año próximo… ¿Álguien ha dicho Marmotte?



6 comentarios:

  1. Rosa, la de Bicis Monje era Rosa, no Rocio. Como siempre buena crónica Jota. Enhorabuena y salu2 de un seguidor de tu blog!

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  2. ¡Ostras, qué fallo! Pues la cuestión es que ayer le pregunté el nombre a Barneto, que yo no lo tenía claro. Lo corrijo, gracias.

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  3. Me encanta Jota, como siempre estás que te sales.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. buena cronica Jota!!! ay que ver que nos vemos mas por ahi que aqui en huelva!!!jajaj tiene guasa la cosa!!! un saludo
    Salva

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  6. La Marmotte? Si quieres ir a Francia de viaje, no es necesario ese sufrimiento... je je

    Uno del fondo de la 1A...

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