domingo, 2 de septiembre de 2012

DEPRESIÓN POSVACACIONAL.

Normalmente, las entradas de este blog tienen un tono desenfadado, tratando de hablar sobres temas poco o nada trascendentes desde un punto de vista divertido o, al menos, entretenido. No es así en esta ocasión, en la que pretendo denunciar la lamentable situación que nos encontramos a diario quienes frecuentamos los pinares de Aljaraque (aunque, desgraciadamente, el problema es extensible a otros muchos espacios de nuestros alrededores)

En la anterior entrada, traía por aquí algunas imágenes de las maravillas naturales de las que disfruté durante mi viaje por Eslovenia. Tras muchos pateos por el campo, raro fue el lugar en el que vi algún pequeño plástico, papel, envase o cualquier tipo de basura en el suelo. Se trata de un país cuyas gentes tienen un extremo respeto por sus bosques y campos y entienden que su existencia presente y futura está íntimamente ligada a la salud de sus espacios naturales.

Pues bien, nada más llegar a mi "Güerva" toca retomar el contacto con la bicicleta. Para ello, qué mejor que enfilar el carril bici que nos pone en veinte minutos en los pinos de Aljaraque, pulmón verde de nuestra localidad y cuya existencia pienso que no valoramos suficientemente. En muchas ciudades darían cualquier cosa por contar, a dos pasos de casa, con un espacio de ese tipo para el ocio, ya sea paseando, disfrutando de un día de campo o, como no, dejándose el alma dando pedales como si en ello nos fuese la vida.

La cosa es que a uno se le caen los palos del sombrajo cuando, contrastando con los idílicos paisajes que os mostraba en la anterior entrada, ve el lamentable estado en el que se encuentra ese espacio por culpa de una panda de malnacidos sin escrúpulos que toman el pinar por su cubo de la basura y de unas administraciones indolentes a las que la situación se la trae al pairo. No voy a escribir mucho, tan sólo mostraré unas pocas imágenes que describen el estado de este espacio (y me temo que de muchos otros).

No penséis que para obtener las fotografías he tenido que andar rebuscando ni haciendo infinidad de kilómetros. En unos pocos minutos se puede llenar una tarjeta de memoria con imágenes tan lamentables como las que muestro a continuación.













Al margen de los "vertederos" que he mostrado antes, lo malo es que el estado general del pinar en muchas zonas es, más o menos, éste.




Los cazadores. Otros que tal bailan.




Los conductores tampoco se salvan de la quema.




Y ningún colectivo está libre de pecado. Los de las bicicletas han abandonado estas cintas tras la celebración de una carrera.




Espero que, al menos, la cosa fuese satisfactoria.








Esto parece, claramente, procedente de una empresa.






Lo dicho, para deprimirse. Y la cuestión es que uno trata de buscar una explicación a todo esto y no alcanza a comprender por qué en esta parte del mundo vivimos rodeados de tanto ignorante y tanto hijo de puta.

En fin, espero que la siguiente entrada sea más animada.



1 comentario:

  1. Amigo gracias por tu denuncia.

    la educación equivocada mata el sentido común, esa es la madre del cordero!

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