He de reconocer
que cuando unos locos (alguno más bajito que otros) me comentaron la idea de organizar
una prueba de BTT que recorriese de norte a sur la provincia de Huelva (creo
recordar que por aquel entonces se planteaba de sur a norte) me mostré bastante
escéptico. Era yo de la opinión de que ya tenemos en el calendario provincial grandes
maratones, con buen nivel organizativo y no me parecía que la iniciativa de la
Extrema fuese a aportar nada nuevo, aparte de implicar un alto riesgo por la
dificultad logística que supone atravesar tanto término municipal, poner de
acuerdo a diferentes estamentos, cuerpos de seguridad, etc.
Pues bien, como
me suele suceder (no tengo precio como pitoniso) me equivoqué de medio a medio.
La iniciativa fue tomando cuerpo y enseguida caló entre los ciclistas onubenses
y no tan onubenses. El personal se puso manos a la obra e hizo de la Extrema su
objetivo prioritario.
Eso sí, hay algo
que me tendrá que explicar algún especialista de la parte de dentro de la
pelota humana: la misma gente que no hace más que reclamar que se recorte la
distancia de los maratones de BTT se da de hostias por conseguir un dorsal para
una paliza de casi 160 km ¿Alguien lo entiende?
El éxito de la
iniciativa en lo que a poder de convocatoria se refiere (los 500 dorsales
ofertados volaron en días) ponía el listón de la exigencia a un nivel muy alto
para la organización. En un recorrido en línea de tanta distancia, cualquier
pequeño fallo en señalización, cortes de tráfico, logística de
avituallamientos, etc. podía acabar con cientos de tipos vestidos de superhéroe tirados
en medio del campo y más cabreados que Mourinho en la entrega del Balón de Oro
a Casillas.
Pues bien, una
vez finalizado el reto, hay que decir que la organización ha superado con altísima
nota el duro examen al que se enfrentaba. La perfección no existe pero lo del pasado
sábado se le acercó mucho. Muy buena señalización, excelente coordinación en
los pasos de carretera y travesías, avituallamientos correctos, voluntarios
totalmente volcados, área de llegada espectacular… En fin, mi más sincera
enhorabuena a los organizadores. Gracias a todos los que han estado
involucrados en mayor o menor medida y que nos han permitido participar en un
evento que recordaremos durante mucho tiempo.
LO MÍO (peligro,
tocho).
En lo personal,
me remito al título de la entrada (tomado prestado de un tema de Concha Buika):
muy contento por haber encontrado muy buenas sensaciones durante la prueba pero
jodido porque un pinchazo y sus complicaciones me han impedido estar un pelín más
arriba, peleando por mejores posiciones.
La primera parte
de la prueba, la más dura, la hago sin apretar lo más mínimo, regulando en las
subidas y hasta disfrutando del paisaje mientras iba charlando con unos y
otros. Coronando Risco Malillo me alcanzan Quique y Alberto (Bicis Huelva) que
habían salido más tarde al competir como pareja. Me invitan a subirme a su tren
y, tras dudarlo, decido aceptar.
Muchos kilómetros
rodando cerca de ellos y con el grupo de los Agonías mientras íbamos rebasando
a multitud de ciclistas. Bonito el sendero de llegada a La Zarza y sofocante el
cuestón junto a la corta. Tras coronar hago un intento de alcanzar a Quique y
Alberto pero veo que eso me supondría gastar demasiado gasoil, por lo que bajo
el ritmo y sigo a mi bola, tomándome las subidas con calma y apretando, pero
siempre con prudencia, en los llaneos.
Espectacular el
paso por Calañas, con un gran ambientazo de gente animando y aplaudiendo. Subidón
de moral al hacer pedaleando el cuestón que había tras pasar el Calabazar,
cuando “todios” iba pateando por allí. Muy bonita la zona de senderos tras La
Torerera.
En la subida de
la Casa del Marco me pasa como una moto Alfonso Duque, pero yo sigo a lo mío
cuando la cosa se inclina, a verlas venir. Pisteo hasta la Casa de los
Cristales a ritmo vivo pero sin cebarme. Ya cerca de Los Cristales oigo a
Francis que venía por detrás en un grupo con algunos Agonias y Carmelo y Juan
Manuel (de Gibraleón). Levanto el pie y me dejo alcanzar por el grupo.
La última subida
fuerte, tras el vadeo del Odiel, vuelvo a hacerla regulando, dejando marchar al
grupo que me había pillado. Sin embargo, en los toboganes anteriores a La
Corcha aprieto fuerte a relevos con un Ratobato y volvemos a alcanzar al
grupito.
En La Corcha
hago mi primer repostaje: como algo, repongo líquidos y Alonso, amablemente y
pese a mi torpeza, me lubrica la cadena (gracias, compañero, por el apoyo
durante todo el recorrido ¡estabas por todas partes, coño!). Arranco a buen
ritmo y a buscar el “Túnel de la Risa”. Por allí me
bloquea un poco el que llevaba delante y me pilla Francis por detrás.
Antes del
Majadal Alto doy alcance a Alfonso Duque y Franito y en los repechos se me marchan
unos metros Francis y Manuel Ángel. Pero poco después, cuando iba recortando
con Franito a rueda para volver a enlazar con Francis, empiezo a notar que la
rueda trasera “flanea” claramente. Primera parada para meter aire.
Hago unos metros
y compruebo que no hay más remedio que meter cámara. Allí pierdo lo más grande ¡No
se puede ser más torpe! Y lo malo es que con la dermatitis que tengo en las
manos veo las estrellas mientras
manipulo la rueda. Infinidad de caras conocidas pasan, saludan y me preguntan
si necesito algo (gracias).
Arranco, ya sin
muchas ganas de nada y llego hasta Gibraleón tras pillar a alguno de los que me
habían sobrepasado (Jotabiker, Marín…). En las calles de Gibraleón vuelvo a
notar que la bici se me va de atrás. Paro y compruebo que no había apretado el
obús de la válvula. A meter aire otra vez y a rezar para que aguantase. Vuelve
a pasarme gente (de nuevo Jotabiker, de nuevo Marín) y otra vez a pedalear
cuando llegan a mi altura Benito y Juan “Militar”.
Hago unos metros
con ellos a rueda pero decido que ese no era mi ritmo. Si hay que reventar se revienta
pero para unos miserables 45 km que quedan a meta no iba a hacerlos a trote
cochinero y menos con esos tramos de pista tan golosos camino del cementerio de
Aljaraque. Vuelta a pasar a Marín, vuelta a pasar a Jotabiker, vuelta a recibir
los ánimos de Alonso (no te perdono lo de no tener una litrona preparada) y a
por los pinos.
Disfruto mucho
la travesía por “nuestro” pinar, con buenas sensaciones en las piernas. Parada para
reponer líquidos en Las Cumbres, donde me alcanzan dos cartayeros. Con ellos
hice a buen ritmo gran parte de “Villapinos”. Impagable la decoración del
Bocina en su camino, que hice apretando a bloque.
Otra vez recibo
los ánimos de Alonso (¿tienes un hermano gemelo?) al pasar bajo el túnel (¿”Afilacuernos”?
¿“Tronchacuernos”?) y mantengo un buen ritmo. Al llegar a La Laguna del Portil
estoy a punto de perderme. Con el piloto automático tiré con la intención de
bordearla junto a la alambrada. Menos mal que los cartayeros me avisaron.
Al llegar al
avituallamiento del Cruce (¿alguien vio el mar?) compruebo que llevo a Alfonso
Duque a no demasiada distancia. Eso me sirve de motivación para hacer a tope
los últimos kilómetros, rebasando a Alfonso a poco más de uno de la llegada. Llegada
feliz a la espectacular zona de meta, con la satisfacción de haber superado el
reto y con muy buenas sensaciones en las piernas.
Sin embargo me
quedo con el regusto amargo de no haber podido disputar hasta el final. Sé que
son cosas de las carreras y que las cubiertas son de goma y se pinchan pero tenía
muchas ganas de hacerlo lo mejor posible en esta prueba. Además, es probable
que hubiese pillado a mi compañero Víctor, con lo que podía haber intentado
echarle una mano en su disputa por la clasificación en M-50. Aunque la verdad
es que se apañó muy bien él solito: 2º en esa categoría y un carrerón, a pesar
de haber andado con problemillas respiratorios últimamente ¡Enhorabuena, campeón!
En fin, no me
extiendo más, que bastante tocho está quedando ya esto. Felicidades a todos los vencedores
y a los que habéis hecho grandes carreras, pero también a todo aquel que fue
capaz de completar este bonito reto. Ánimos a los que por un motivo u otro tuvisteis
que abandonar.
P.D.: ¿El año
que viene para arriba?
En tú línea, alegre, emotiva y genial. Me parto con el cabreo de Mourinho con Casillas, jajajaja.
ResponderEliminarArtefacto
Me alegra atisbar un resurgir en la jotawatios,me cuesta tachar nombres en mi libreta y te utilizo como sicario para mis venganzas.Espero más rodador.
ResponderEliminarBuenas Rodador, soy uno de los cartayeros que nombras, espero que nos encontremos en más ocasiones, no sea que te pierdas ;), y por cierto muy buen relato de esta prueba que creo va a dar mucho que hablar por lo espectacular.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Israel, por entrar por aquí a comentar y por avisarme de mi despiste.
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