viernes, 13 de abril de 2012

DEBUT Y RETIRADA (*).

Escribía Tomás de Iriarte en su fábula “El pato y la serpiente” que dicha ave, orgullosa por su capacidad para andar, nadar y volar, no debería mostrarse tan ufana ya que “ni anda como el gamo, ni vuela como el sacre (1), ni nada como el barbo”. Pues si cambiamos lo de volar por rodar en bici, muy bien podéis verme reflejado en un pato el día de mi debut (y de mi retirada) en la cosa del triatlón.

Corría el año 2.006 y fue en el Triatlón de Punta Umbría, al que mi inconsciencia me llevó a apuntarme sin tener la más mínima preparación en la materia. Reproduzco a continuación lo que contaba en los foros tras mi odisea. He tratado de retocar lo mínimo posible, modificando sólo aquello que queda fuera de contexto a día de hoy.





Bueno, pues no sé si le interesará a alguien, pero yo lo largo.

Debut consumado, objetivos cumplidos, experiencia satisfactoria.

El domingo por la mañana me planté en Punta a buena hora y, tras saludar a los conocidos (Cozi, Jesús Gallego, el grupo de mi hermano y los MKM-animadores (2) Nacho, Carlos y Dani), me acerco a por el dorsal y me largan un sobre con un chorro de números: que si uno para el maillot, que si otro para el casco, otro más para la bici, el del gorro de natación... 

Coloco los dorsales como Dios me da a entender y me voy para los boxes para dejar la bici, cargando con más equipaje que si me fuera de fin de semana a Sierra Nevada. Al entrar en la zona cerrada, primer error: el dorsal del maillot debe ir en el pecho, no en la espalda. Como puedo, lo cambio y me queda hecho un gurruño. Se conoce que aún no estaba suficientemente identificado y una gentil señorita procede a herrarme mi numerito con un "retulador" indeleble en la pata izquierda y el brazo derecho. ¡Coño, si sólo faltó que me pusieran un plastiquito en una oreja y un aro en el hocico!

Tras esto, entrada en el agua con el Cozi y Jesús Gallego para tomar la temperatura (y de paso echar una meadilla, por aquello de los “nerviosss”) y nos meten en una especie de corral a todos los participantes. A estas alturas, metido en el corral y herrado por todas partes, yo ya tenía complejo de ternera retinta. Se da la salida y “tospalagua”, chapoteando y andando mientras se da pie. Golpes, empujones, patadas,... es decir, lo normal. Tras girar la primera boya, cuando ya había menos mogollón, noto que un tío se me había montado “entoloarto”. Dudé si trataba de adelantarme por encima o si quería algo conmigo. Si sus intenciones eran estas últimas, podría haber empezado con unas caricias, unos besitos,... que se yo, pero no así de golpe.

Hago casi toda la natación al lado de uno que iba con mono de triatlón, por lo que pensaba que iba bien, que mantenía el ritmo de un grupo. Tras girar la segunda boya y enfilar hacia la arena empiezo a ver el fondo más oscuro, lo cual me hace pensar que ya estamos llegando a donde no cubre. Me paro, intento ponerme de pie y... todavía no se da pie, con lo que tengo que volver a arrancar. Al fin llego a la orilla, casi a la vez que un par de tíos, miro para adelante y no veo a nadie, miro para atrás, hacia el agua y no veo más que tres o cuatro gorros. Me hago una composición de lugar y pienso: 

     a) Han suspendido la prueba mientras yo nadaba y no me he enterado. 

     b) Van “tospalante” y yo estoy muy cercano al más espantoso de los ridículos. 

     Solución: la b). 

Este es el primer punto en el que sentí el calor del público. Gracias por los ánimos a los MKM presentes entre el respetable. 

Resumen de la natación: ¡DE PUTA PENA! 

Al entrar en los boxes veo que hay gente que aún está recogiendo la bici y algunas máquinas todavía colgadas (¿se habrá ahogado alguien?). Me pongo todos los avíos, incluidos guantes, calcetines, banda del pulsómetro (sólo me faltó ponerme un poco de “rimmel”) y a salir echando leches. Los 20 km de bici fueron una contra-reloj individual, recogiendo muchos cadáveres, pero sin poder enlazar, evidentemente, con ningún grupo bueno en el que resguardarme un poco. Se me enganchó uno que nada más que dio un relevo en las dos vueltas (se lo agradezco de todos modos) y sólo en los 3 últimos km pillé un grupo un poco más decentito. Se dan dos o tres relevos cortitos y después me veo de nuevo arrastrando un trenecito de 6 o 7 tíos durante más de 2 km. Mi único consuelo es que los tuve que poner perdidos de mocos, que no veas cómo se generan tras la natación. 

Resumen de la bicicleta: me encontré bastante bien, todo el tiempo sobre 170 ppm y sin poder ver la velocidad (se me jodió el “cuentakm”).

Transición a carrera, me pongo zapatillas y mi gorra de Cruzcampo (elegancia ante todo) y ¡a correr! Los primeros 500 m voy muy fuerte, más de lo que yo pretendía, incluso recuperando puestos, hasta que noto amagos de calambres en al menos 15 músculos. Decido regular para llegar entero y así hago las dos vueltas al circuito, animando a la gente que me cruzaba e incluso esprintando en los últimos metros. 

Resumen de la carrera a pie: me encontré mucho mejor de lo que podía pensar.

En total hice el puesto 150 de 178 que llegaron (primer objetivo cumplido) y le saqué a mi hermano casi 3 minutos y medio (segundo objetivo: ciclista 1- atleta 0), con un tiempo total de 1:13:57 (por debajo de los 1:15 que me había planteado) (3).

Prueba muy bien organizada, buen ambiente y la satisfacción de haber competido junto a todo un campeón: "El Penti". Enhorabuena a Jesús y al Cozi por su buen debut y gracias a la representación MKM por sus ánimos. El año que viene, si puedo, repito.

PD: por cierto, estos triatletas son “light” del todo. Había un tirador de cerveza al que creo que los únicos que le hicimos los debidos honores fuimos mi MDR (4), un amigote y yo, muy necesitado de rehidratación. 


(1) Sacre: variedad de halcón.

(2) MKM eran las siglas de mi club de por aquel entonces, los extintos Máquinas Maharas.

(3) Lo de los objetivos iba de que me había propuesto no ser el último y, a ser posible, quedar por delante de mi hermano, otro colgado que se apunta a un bombardeo. Por aquel entonces él practicaba atletismo, muy poco de piscina y en cuanto a la bici pues… sabía montar sin ruedines.

(4) MDR: siglas de “máquina de reñir”. Se entiende ¿no?

(*) ¿O puede que no…?





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